¿QUE OCURRE CUANDO TU MENTE NO TIENE PAZ?
Cuando no somos capaces de descansar mentalmente, de lograr un estado de tranquilidad que nos permita desconectar de los problemas diarios, habitualmente aparecen los siguientes problemas:
Estrés; por sí, el estrés no tiene porque ser perjudicial, pero un nivel de estrés sostenido en el tiempo de forma prolongada nos hará incapaces de afrontar muchas cosas, y te hará sentir absorbido tanto física como mentalmente.
Ansiedad; Sentirse constantemente preocupado y ansioso por cualquier motivo solo provocará un estado de agotamiento constante y la presencia de síntomas físicos como temblores, respiración acelerada, ritmo cardíaco irregular, entre otros que terminarán por afectar tu salud de forma seria.
Inseguridad: la falta de confianza en uno mismo, la duda constante sobre las propias capacidades y la búsqueda de la aprobación de nuestros actos en terceras personas supone delegar nuestra felicidad y satisfacción en ellos.
Depresión. Tal vez te sientas infeliz sobre tu vida y experimentes sentimientos de culpabilidad , desesperanza, vergüenza o impotencia. Puedes aislarte de las demás personas, dejar de hacer aquello que te gustaba, dejar de dormir , comer de manera poco adecuada entre otros muchos comportamientos que incidirán en el problema.
Conflictos; es común experimentar tensiones y conflictos en tus relaciones con tus compañeros en el trabajo, tu familia en casa, en la escuela o en tu círculo de amigos.
¿Por qué no puedo logar la paz mental?
Existen varias razones por las que la mayoría de las personas encuentran tal difícil lograr la paz interior, las principales son:
Las circunstancias que rodean a uno; es muy complicado logar paz mental si nos encontramos inmersos en situaciones que nos sobrepasan, como una enfermedad, la pérdida de un ser querido o una catástrofe natural.
Las condiciones mentales; si padecemos algún tipo de trastorno o enfermedad como ansiedad o depresión resulta treméndamente complicado lograr la paz interior. Es conveniente identificar cuales son los motivos de ese malestar y a partir de ahí empezar a dar los pasos necesarios para intentar encontrar una solución. Una correcta identificación de esas emociones será de gran ayuda para empezar a sentirnos mejor.
¿Hay alguna manera de logar la paz interior?
Si, hay algunos comportamiento que nos ayudarán en ese objetivo.
Revisar y reformular nuestros pensamientos negativos; muy a menudo nuestro mayor crítico somos nosotros mismos, machacándonos constantemente con ideas negativas. Este tipo de pensamientos evita logar un estado de tranquilidad y hace imposible sentirse relajado.
Es de gran ayuda redefinir y encarar esos pensamientos negativos de manera constante por una perspectiva más positiva, por ejemplo; » no soy perfecto, pero hay que ver todo lo que he mejorado» o «esta situación es complicada, pero no siempre va a ser así. Yo puedo manejar esta situación y aprender de ella».
Aceptar aquello que uno no puede cambiar.
La vida es, por definición, impredecible. Constantemente nos enfrentamos a situaciones sobre las que no tenemos en más mínimo control, situaciones que, por mucho esfuerzo que pongamos no podremos cambiar. Un accidente, un fallecimiento, o incluso aspectos más básicos de nuestro día a día escapan a nuestro control. Ser consciente de ello y saber en qué y en qué no podemos influir nos evitará mucho sufrimiento.
No ligar nuestra felicidad a aquello que no depende de nosotros; muchas veces nos empeñamos en buscar nuestra paz interior en fuentes externas, por ejemplo » cuando me jubile seré feliz» o » cuando termine ese trabajo podré dedicar más tiempo a la familia, o a mis hobbies o a visitar a los amigos». Sin embargo es fundamental entender que no se puede vincular la felicidad a factores que escapan a nuestro control, a factores externos sobre los que no tenemos posibilidad de influencia. Esa satisfacción debe ser fruto de la búsqueda interna para encontrar aquello que no hace sentir bien.
Cuidarse; en el sentido amplio de la palabra y de acuerdo a las necesidades de cada uno. Físicamente, cuidar nuestro cuerpo a través de una alimentación sana, hábitos de descanso adecuados o la práctica de ejercicio físico.
Emocionalmente, el auto cuidado emocional se entiende como la colocación de límites con otras personas que sirvan para protegerte, e igualmente, como vimos antes, prestar atención a nuestro diálogo interno.
Intelectualmente, a través del disfrute de la lectura, las artes, los temas de interés, la realización de ejercicios o la práctica o mejora de entretenimientos que requieran un esfuerzo intelectual como aprender un idioma o a tocar un instrumento musical y que servirá, además, para conocer otras personas.
Social, además de lo dicho en el punto anterior, cuidar y mantener nuestras relaciones sociales resulta fundamental. Con nuestros familiares y amigos mantener relaciones que nos satisfagan y al mismo tiempo cortar y evitar aquellas personas que suponen una mala influencia o drenan nuestra energía.
Y por último, el cuidado personal, en decir, procurar hacer aquellos que nos satisface, permitirnos momento para disfrutar de nosotros mismos. Un baño, una caminata, escuchar música o simplemente relajarse en el sofá pueden ser de gran utilidad.
Si, a pesar de todo no logra un que te mente descanse y sigues sintiéndote con estrés constante, ansioso o preocupado, tal vez debas valorar visitar a un profesional que te brinde la ayuda necesaria.